Es la ruta más emblemática de Tijuana, tiene 60 años trabajando, inicia en la zona centro, termina en la presa. Hay más de 600 permisionarios, sin embargo, hasta el momento no llegan a un acuerdo, piden la intervención de la gobernadora Marina del Pilar Ávila Olmeda.
Manuel González Rodríguez, tras perder un brazo en una maquiladora, logró tener un empleo como chofer de taxis de la ruta rojo y negro, pero teme perderlo, pues una reingeniería del transporte, pretende retirar la ruta, donde trabaja desde hace veinticinco años, en la ruta de el bulevar Díaz Ordaz, centro, Pinos y Presa, menciona que perder el trabajo así de repente no se le hace justo, como mayor de edad ya batalla para conseguir empleo en cualquier otra parte, su trabajo es una labor noble y honrada sobre todo y de ahí «sacan para comer».
Taxistas iniciaron una caravana de sus unidades en la vía rápida poniente a la altura de la avenida Manuel Márquez de León hacia el Instituto de Movilidad en protesta por la concesión que pretende realizar el gobierno del estado.
En contraparte Jorge Alberto Gutiérrez Topete director general del Instituto de Movilidad Sustentable. Señaló que los cambios se debían al programa respira que pretende mejorar la movilidad en la entidad es decir retirar unidades de taxis para el ingreso de nuevas unidades más sustentables con el medio ambiente, pero también para que cubra con la demanda de movilidad de los tijuanenses.
Información: Ana Lilia Ramírez