Niñez y juventud migrante padecen de su salud mental 

Migración

Crisstian Villicaña

TIJUANA.- El verse obligados a salir del hogar a causa de la violencia de pandillas, crimen organizado, o por cuestiones socioeconómicas genera afectación en la salud mental de la niñez y juventud que arriba a esta frontera tras haber sorteado distintos riesgos, hambre, frío, aunado a la incertidumbre de su destino.

“En nuestro caso es muy común que en el momento en que un adolescente llegue a Casa YMCA presente conductas de autolesiones, tienden a la depresión, a la tristeza, a la incertidumbre o al manejo de emociones de una forma explosiva, en ese sentido creo que es importante mencionar que la inversión en programas de salud mental es sumamente importante para atender a la niñez y a la adolescencia migrante, afortunadamente nosotros hemos podido desarrollar un programa para poder trabajar con nuestra población y justamente poder prevenir y mitigar los efectos de la migración que repercuten en la salud mental”, expresó Valeria Ruíz, coordinadora de niñez y adolescencia en Casa YMCA.

Debido a la naturaleza propia de la adolescencia, la población migrante joven es la que resulta más susceptible a las violencias, sustancias prohibidas como drogas, haciendo sumamente necesario redoblar las tareas con ellos.

En ese sentido, el programa Hoy Sigo Caminando de YMCA, ayuda a que los jóvenes encuentran la orientación para no sucumbir ante las complicadas situaciones que acarrean y les preocupan o agobian.

“Contempla dos poblaciones, una población en movimiento que va a pasar unos cuantos días y población que se va a quedar por largas temporadas y sobre todo trabajar en la estibilización emocional, en el manejo de emociones, en la psicoeducación y el desarrollo de un nuevo plan de vida que tiene que ver con temas de autoestima, metas, sueños, trabajar también con el duelo migratorio, es importante contemplar todas las variantes, también mujeres, edades, contextos de violencia, idiomas, entonces lo importante es que se construya con la participación y consideración de las niñas, niños y adolescentes”, detalló Ruíz.

La situación requiere de atención de las autoridades, ya que suelen ser las fundaciones o asociaciones civiles locales o internacionales las que empujan y soportan el tema migrante en Tijuana y el resto de Baja California.

Si bien, existe la representación del Instituto Nacional de Migración y en lo local la Dirección de Atención al Migrante de Tijuana, son los albergues y esfuerzos de distintas congregaciones religiosas las que alimentan, dan hospeda e incluso educación a la población en contexto de movilidad.

“Lamentablemente sí seguimos recibiendo niñas, niños y adolescentes que vienen de contextos violentos o que han sido víctimas de violencia en el camino y lo digo muy lamentable porque a pesar que se diseñan políticas, se tienen reuniones, es algo que no ha parado y que va en crecimiento, ahorita el cien por ciento de adolescentes que recibimos provienen de comunidades donde han sido expulsados por el crimen organizado , por la violencia familiar y por el desplazamiento forzado de personas, criminales que están ahí “, advirtió Valeria Ruíz, coordinadora de niñez y adolescencia en Casa YMCA.

“En el camino seguimos recibiendo gente que fue extorsionada, que fue a veces violentada o golpeada incluso por autoridades de distintos Estados, personas que fueron privadas de su libertad en ciertos momentos y sobre todo mujeres, niñas, adolescentes que han sido tocadas o violentadas sexualmente por autoridades y eso es lamentable”, concluyó.

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