Migrantes pasan hambre e inclemencias antes de finalizar Titulo 42

Migración

TIJUANA.- La violencia y los altos costos para vivir en Perú, hicieron que Antonia viajara a Tijuana para alcanzar el asilo con Estados Unidos.

Llegó el martes 9 de mayo y esa misma noche cruzó el muro del lado americano. La primera noche sufrió la lluvia y la falta de un techo donde protegerse.

Ella no tiene conocimiento de cómo funciona la aplicación CBP ONE para solicitar asilo en el vecino país, tampoco sabe cuál será su destino una vez que finalice el Titulo 42. Compartió que llegar a Tijuana fue una experiencia díficil.

Como ella está el caso de la señora María, originaria de Jalisco. Ella llegó junto con su familia una semana atrás. Huye de la violencia de su lugar de origen, luego que le asesinaron a un hijo.

Decidió no utilizar la aplicación para pedir asilo porque consideró que es un proceso complicado. Lo más complejo de estar en el campamento, que se ha formado en el espacio entre los dos muros, es el acceso a los alimentos.

Ante la necesidad de alimentos, algunos repartidores de plataformas digitales se acercaron para levantar pedidos y llevarlos a los migrantes que esperan alguna respuesta por parte de las autoridades estadounidenses.

El director de Atención al Migrante en Tijuana, Enrique Lucero, informó que se encuentran preparándose para la posible llegada de más migrantes en los siguientes días; de ser necesario abrirán otros espacios a modo de albergues para ingresar a los migrantes que comiencen a ser enviados desde Estados Unidos por no comprobar que son candidatos para el asilo político o humanitario.

Autoridades de Estados Unidos han brindado agua a los migrantes así como lonas para sus casas de campaña y que puedan protegerse del calor o la lluvia.

Una vez que finalice el Titulo 42, tanto activistas como autoridades locales sospechan que se comenzará a aplicar el Titulo 8 con el que las personas que ingresen a Estados Unidos de manera irregular serán enviadas a México o en algunos casos a sus países de origen, además de un castigo de hasta cinco años.

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