Uriel Saucedo
TIJUANA.- «De Este Lado También Hay Sueños» es el nombre de la salsa casera que lanzó al mercado Esther Morales Guzmán, mujer migrante originaria de Oaxaca y quien desde 2009 fue deportada a Tijuana.
Fue en esta ciudad donde fundó el restaurante La Antiguita y el proyecto «Comida Calientita», con el que alimenta a cientos de migrantes que viven en diversos albergues del municipio.
«Yo la hacía -la salsa- nada más aquí para el restaurantito y mucha gente comenzó a comprar para llevar, para llevar, y que está bien buena, y pues yo dije, la voy hacer en grande, yo tengo mi receta, la voy a hacer. Y no la van a hacer tan fácilmente porque es complicado, es puro chile de árbol», relató.
Este acompañamiento representa la herencia culinaria de varias generaciones en su familia, así como el esfuerzo de las mujeres que trabajan con ella en su cocina, quienes al igual que Esther tuvieron que migrar desde sus lugares de origen para buscar una mejor calidad de vida.
El costo de la salsa es de 30 pesos. Las ganancias que se acumulen de la venta de este producto tiene un fin: ayudar a que continúe el proyecto «Comida Calientita».
Sobre este último, explicó que es un proyecto social que ideó para llevar alimento caliente a los albergues porque cuando las personas se encuentran en contexto de movilidad no tienen fácil acceso a comer comida caliente ni tampoco casera.
«Este proyecto representa para mí un sueño logrado, y para que los que se queden aquí (en Tijuana), vean que de este lado también hay sueños. Que no necesitan arriesgar la vida, que no necesitan ir más allá, lastimar a familias que se quedan tristes…Si le echas ganas de este lado también hay sueños», destacó la también activista.
Para los interesados en comprar la salsa o tengan interés en apoyar el proyecto con su distribución pueden acudir al restaurante La Antiguita, ubicado en la calle Díaz Mirón entre Ocampo y Negrete de la Zona Centro.
