En nuestro país, el tercer domingo de junio se destina al reconocimiento de la paternidad. El origen del Día del Padre tuvo lugar en el estado de Washington, en los Estados Unidos de América y se celebró el 19 de junio de 1910 en la ciudad de Spokane. Sonora Smart Dodd solicitó a la Alianza Ministerial de su ciudad conmemorar la paternidad, como un tributo al rol que tuvo su padre, en su crianza y la de sus hermanos. Propuso que fuera el 5 de junio, día en que su padre cumplía años. La celebración fue aprobada, pero se postergó al tercer domingo de junio.
Un lustro después la conmemoración había ganado popularidad en ese país, y en 1966 el presidente Lyndon B. Jonhson proclamó esa fecha como “Día del Padre”. En México, la celebración comenzó en los centros escolares, en la década de 1950 , y continúa hasta ahora, aunque ya extendida al ámbito familiar para reconocer la importancia que tiene la paternidad en las familias y su trascendencia en la reproducción social.
En México, de acuerdo con los resultados del Censo de Población y Vivienda 2020 del INEGI, 21.2 millones de hombres de 15 y más años, se identifican como padres de al menos una hija o hijo que reside en la misma vivienda. Estos padres representan a 46.9% de la población masculina en este rango de edad (45.3 millones) y su edad promedio es de 45 años.
La paternidad es una condición cuya frecuencia aumenta entre los hombres conforme avanza su edad. Mientras sólo uno de cada cuatro jóvenes varones, de 20 a 24 años, son padres, 9 de cada diez adultos de 50 a 54 años lo son.
En las viviendas de México donde residen hombres adultos en edades productivas (30 a 59 años), se les identifica con mayor frecuencia como padres; pero entre los hombres adultos mayores la frecuencia disminuye (50.6%). En lo que respecta a los hogares paternos, lo anterior puede ser señal de la etapa del ciclo de vida familiar, conocida como nido vacío o postpaternidad