Club de la Alegría 33

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El lugar donde los abuelitos nunca están tristes.

TIJUANA.-El Club de la Alegría 33, creado hace 20 años por Ana Contreras, ha tenido un impacto muy positivo en la comunidad. A pesar de enfrentar enfermedades y problemas, los abuelitos que asisten al club se reúnen cada miércoles y viernes para divertirse y disfrutar de la vida.

Actualmente, el club cuenta con alrededor de 120 abuelitos que son apoyados por 10 voluntarios. Estos voluntarios se encargan de cuidarlos, darles su cafecito con pan, además de celebración  cumpleaños y días festivos.

Cynthia Rosales, una de las voluntarias del club, mencionó que con el tiempo se dieron cuenta de que los abuelitos buscaban distraerse y divertirse, por lo que  ahora cada miércoles y viernes es una fiesta con baile, música y diversión.

El impacto positivo del Club de la Alegría 33 en la comunidad es evidente, y demuestra la importancia de crear espacios donde las personas mayores puedan disfrutar de la vida y encontrar alegría en compañía de otros.

Micaela Lucano Casillas, miembro del club desde hace 10 años y recién cumplidos sus 100 años de edad, comparte su experiencia con una sonrisa en el rostro. 

Después de quedar viuda, y ser madre de 14 hijos, decidió unirse al club, donde encontró una segunda familia y amor incondicional. Para ella, el Club de la Alegría 33 es su tesoro, donde se siente querida y valorada: «Aquí estoy muy contenta y muy a gusto, aquí hasta la reina he sido, todos son muy lindos conmigo, todos me dicen abuelita y para mí ellos son mis nietos» expresó.

Cynthia Rosales, voluntaria desde hace 11 años e hija de Ana Contreras, destaca la importancia de este club en la vida de los abuelitos. Lo que comenzó como un acto de apoyo a su madre, se convirtió en una experiencia enriquecedora llena de amor y gratitud: «Yo siempre lo he dicho, yo solo bajo y doy mi tiempo, pero ellos me han dado mucho, tanto apoyo cuando ando con pilas bajas o con su experiencia y sabiduría», señaló.

El Club de la Alegría 33 es un ejemplo vivo de que la edad no es un impedimento para disfrutar de la vida y compartir momentos felices. Es un lugar donde la alegría y el amor abundan, y donde los abuelitos nunca están solos ni tristes.