El vitiligo es una enfermedad crónica de la piel que se caracteriza por la pérdida de pigmento en distintas áreas del cuerpo, generando manchas blancas o claras en la piel.
“Se cree que una combinación de factores genéticos, autoinmunes y ambientales, puede contribuir al desarrollo de esta afección. El vitiligo no es contagioso y no representa ningún riesgo para la salud física, aunque su causa exacta aún no se ha determinado”, detalló al respecto el secretario de Salud, Adrián Medina Amarillas.
Se recomienda a la población en general protegerse de la exposición excesiva al sol, ya que las quemaduras solares pueden desencadenar la aparición de manchas en personas con predisposición a desarrollar vitiligo.
Además, es básico mantener una buena salud emocional y buscar apoyo psicológico cuando sea necesario, ya que el vitiligo puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes lo padecen.
Es importante destacar que no existe una cura definitiva para este padecimiento; sin embargo, existen diversas opciones terapéuticas que pueden ayudar a mejorar la apariencia de la piel y controlar la progresión de la enfermedad. Estas opciones incluyen el uso de medicamentos tópicos, terapia de luz y trasplante de melanocitos.
Sin embargo, actualmente se promueve la visibilidad e inclusión de las personas con vitiligo, destacando su apariencia como una parte aceptada de su ser, que no tiene porqué significarle problemas de adaptación social.
