De manera constante comenzaron a llegar a Tijuana familias de musulmanes procedentes en su mayoría de Afganistán con el único fin de cruzar a Estados Unidos para solicitar refugio.
«Acaban de llegar. La comunicación es un poco compleja para nosotros, pues no hablamos inglés, tampoco podemos hablar el idioma persa que es el idioma que se habla allá en ese país», dijo el director del albergue, Movimiento Juventud 2000.
La mayoría de las personas migrantes musulmanas que llegaron a Tijuana cuentan con sus citas para presentar sus casos de refugio ante las autoridades migratorias estadounidenses.
Los desafíos que enfrentan en la frontera son: desde la búsqueda de alojamiento hasta la adaptación cultural y gastronómica.
La alimentación es un reto constante para los albergues, ya que la dieta musulmana excluye la carne de cerdo, común en la mayoría de las gastronomías locales.
La llegada de musulmanes a Tijuana plantea nuevas dinámicas en la frontera y destaca la importancia de la solidaridad y la comprensión intercultural en tiempos de migración global.