2 de noviembre: sentimientos y tradición que siguen vivos

Sociedad

Crisstian Villicaña

TIJUANA.- Una mezcla de sentimientos y tradición se experimentan cada 2 de noviembre en los cementerios de la ciudad, cuando las familias visitan a aquellos que ya se fueron, pero que aún aman.

El pensarlos, llevarles la ofrenda con que les gustaba comer, beber, que los músicos toquen las melodías que solían escuchar, provoca que las emociones afloren en la celebración del Día de Muertos en Tijuana, cuando los seres queridos regresan del más allá, como le sucedió a la señora Antonia, quien sintió la presencia de su hermano, el cual lo acompañaba a ver su madre al panteón municipal #2.

“Me estaba acordando de él porque llegaba yo y ya llegaba él aquí con nosotros y yo sentía la sombra de él cuando llegaba, ahorita precisamente cuando llegó ella (sobrina), ella también lo pronunció diciendo, ahí viene mi papá y yo también estaba igual”, platicó la señora Antonia Martínez, la cual se acompañó de sus familiares.

Las flores de cempasúchil, el llanto, las sonrisas, el ir y de venir de las personas con cubetas llenas de agua, escobas y trapos para dejar relucientes las tumbas, fue la imagen que se repetía tanto en el panteón municipal #1 como el panteón municipal #2.

Y es que darse el tiempo de estar en este lugar de descanso es una forma de mostrar amor y agradecimiento, como nos dijo Susana, quien junto a sus familiares fue a visitar la tumba de su hermano.

“Recordando tantas aventuras que él tuvo, tantas cosas bonitas y tantas lecciones que nos dio, él era mayor que yo y era alguien muy especial para mí, alguien muy importante y que siempre lo tengo (en mente), aunque él ya no este siempre esta cerquita de mí”, dijo Susana Hernández.

Capillas como la de Juan Soldado también tuvieron presencia de visitantes, los cuales fueron agradecerles favores.

Pese a lo contradictorio que puede sonar, la tradición del Día de Muertos sigue más viva que nunca, sintiéndose en cada lagrima, sonrisa, flor, alimento, algo, que las nuevas generaciones aprenden a continuar.

“Trajimos algunos dulces especialmente para nuestros muertos que son los que les gustaban, un barrilito para mi abuelo que ahí se puede ver en la foto y una cerveza para mi tío y unos taquitos también para mi otro tío”, expresó el niño, Santiago Esquivel, quien acompañó a sus familiares a celebrar esta festividad mexicana.

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